Most Recent

Archive for noviembre 2015


Los niños del jardín de infantes fueron de excursión a una escuela secundaria. Parada obligatoria fue el laboratorio de Química y Biología. Los chicos de tercero de secundaria les explicaron a los pequeños que no podrían entrar si no tenían las batas de laboratorio puestas, así que les prestaron las de ellos.


Todos de blanco, se sentaron en los bancos altos. Con los pies colgando y moviéndolos nerviosamente, se dispusieron a observar la clase del día, que impartía la profesora, una reconocida investigadora de aquella ciudad. El tema de la clase era la placa de Petri.

La maestra mostró aquel pequeño recipiente redondo de cristal transparente con tapa y preguntó si alquien sabía para qué servía. Una manita se levantó.
-¿Cómo te llamas? -preguntó ella.
-Me llamo Rodolfo.
-Dime, Rodolfo, ¿para qué piensas que sirve esta placa de Petri? El pequeño respondió, sin dudar:
-Sirve para que nos hagan una gelatina, porque ya tenemos hambre. Espero que tenga muchas de esas, porque son muy pequeñas.

Ese día, la explicación de la investigadora sobre la placa de Petri tuvo que ser muy básica.
-La placa de Petri sirve para cultivar bacterias en gelatina especial. Como las que traen en las manos cuando no se las lavan, o las que tienen los alimentos cuando se echan a perder.

Tu mente es como una placa de Petri, en la que puedes cultivar bacterias que pudran tus pensamientos y te echen a perder la vida; o puedes cuidarla, sin contaminarla, cultivar en ella lo que a Dios le agrada, para que seas feliz por la eternidad.

“Antes que cualquier otra cosa, adquiere sabiduría y buen juicio’’ (Proverbios 4:7).

Tomado de : CIENCIA DIVERTIDA Para cada día, Por: Yaqueline Tello Ayala.



                                                              JOHN CARLOS SOTIL LUJAN

                                            DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR




Había esperado de pie en la fila seis horas desde la mañana. Estaba cansada y hambrienta. Por fortuna, mi acompañante llevaba dos manzanas. Con amabilidad me ofreció la que consideró mejor. Agradecí su amabilidad por no solamente compartirme una manzana, sino por haber escogido la mejor para mí. Al principio me pareció jugosa; pero al seguir masticando percibí un sabor y una textura bastante desagradables, así que decidí examinar la fruta. Resultó que la mitad de un gusano se retorcía dentro de mi manzana; lo que era peor, la otra mitad estaba en mi boca. Mi acompañante gritó: "¡Tu manzana está podrida y tiene un gusano!"


Ni siquiera pude sonreír. Me limité a buscar desesperadamente en mi bolsa algún trozo de papel para poder sacarme lo que tenía en la boca. Efectivamente, había masticado un gusano y un trozo de manzana podrida.
¿Por qué? ¡Si parecía ser la mejor manzana! Por fuera no se notaba que había un extraño habitante dentro de ella, comiéndole el corazón. Yo la mordí confiadamente porque "parecía" ser una buena manzana. ¡Qué sorpresa tan desagradable!

Para Dios, tu apariencia es importante. Debes cuidar cómo te ves. Que quienes te vean sepan que eres hijo(a) de Dios. Descuidar tu apariencia podría indicar a los demás que tu Dios también es descuidado. Pero es igual de importante que la manzana esté bien por dentro. Cuando Dios te ve no mira tu apariencia. Sus ojos van directo a tu interior, él ve tu corazón.

Si cuidas mucho el exterior de tu persona, pero descuidas tu interior, cuando alguien te conozca mejor se llevará la desagradable sorpresa de que te has podrido por dentro. ¡Cuidado! No tienes por qué dejar que el gusano de la maldad acabe contigo. Dios está siempre listo para ir al rescate de tu corazón.

“Oh Dios, ¡pon en mí un corazón limpio!, ¡dame un espíritu nuevo y fiel!” (Salmo 51:10).


Tomado de : CIENCIA DIVERTIDA Para cada día, Por: Yaqueline Tello Ayala.


                                                              JOHN CARLOS SOTIL LUJAN

                                            DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR


.

En cierta ocasión, un grupo de investigadores preguntó a varios adolescentes y jóvenes qué los haría muy felices. Algunos respondieron que salir a hacer travesuras con sus amigos; a algunas chicas, que les dieran permiso de tener novio lo antes posible; otros, que si les hubieran regalado el último modelo de iPhone, su triste vida se habría tornado en la más alegre; pocos respondieron que unos zapatos de moda.

 La conclusión fue la siguiente:


Si salen a hacer travesuras con los amigos pueden sufrir un accidente, salir lastimados o que los detenga la policía. Aunque la travesura parezca muy simple, no te haría feliz eternamente, tampoco a tus padres.

Si tienes novio o novia a temprana edad, tus sentimientos podrían salir heridos o quizá llegue un bebé antes de tiempo. Tampoco serían felices tú y tu familia.

Si te regalan la última novedad en tecnología, y se te cayera o te la robaran, tampoco tendrías felicidad. Además, en unos meses podría salir un aparato aún mejor.

Si te compraran todo lo que pides porque está de moda, te frustrarías al darte cuenta de que la moda cambia muy rápidamente y la ropa y los zapatos no son la clave de la felicidad, ni para ti ni para el bolsillo de tus padres.

Lo único cierto es que Dios inventó la felicidad y tiene la clave secreta para que seas feliz. Afortunadamente, te ama tanto que comparte su secreto contigo: obedecer sus Mandamientos. Así tendrás garantizada completa alegría para tu corazón. Es muy simple, aunque te parezca que no. Ser obediente llena tu corazón de felicidad, porque Dios nos creó para ser felices, si somos obedientes. Quien desobedece y hace lo que no debe, trae tristeza a su vida y a la de su familia y amigos. Pregúntales si no es así. Por eso, si quieres ser feliz de verdad, ¡obedece a Dios!

“Los preceptos del Señor son justos, porque traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es puro y llena los ojos de luz" (Salmo 19:8).


Tomado de : CIENCIA DIVERTIDA Para cada día, Por: Yaqueline Tello Ayala.






                                                     JOHN CARLOS SOTIL LUJAN

                                  DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR

                                         www.facebook.com/reflexionesparavivir


La bebé estaba a punto de nacer, cuando los papás escucharon mencionar la adrenalina en un programa de televisión. Creyeron que se trataba de una flor con propiedades curativas y milagrosas, y no dudaron en llamarla Adrenalina. Cuando la niña alcanzó la mayoría de edad, obviamente se cambió el nombre.

La adrenalina es una hormona liberada por orden de tu cerebro en tus glándulas suprarrenales, ubicadas encima de tus riñones. Se libera para que nuestros músculos tengan una fuerza adicional repentina en situaciones especiales, cuando huir es necesario. Por ejemplo, cuando alguien te persigue o te sientes en peligro, tu corazón late con fuerza y tus músculos se llenan de fuerza gracias a la adrenalina. Esta hormona es buena y útil si es liberada solamente de vez en cuando y en pequeñas cantidades. Pero si tus glándulas suprarrenales segregan adrenalina continuamente, pueden dañar tu organismo.

A algunas personas les gustan las emociones fuertes y a propósito practican actividades extremas: ponen en peligro su vida, ingieren bebidas y sustancias que liberan adrenalina para sentirse sumamente emocionadas. No saben el daño permanente que le causan a su organismo.

Ten cuidado: cualquiera puede volverse adicto a los efectos de la adrenalina y dañarse para siempre. Dios nos puso esa hormona para enfrentar ocasiones extremas de riesgo. Si respetamos lo que Dios nos dio, estaremos saludables; de otra manera, causaremos un desequilibrio y, por supuesto, tendremos problemas.

No necesitas provocarte emociones dañando tu cuerpo. Jesús puede hacer que las circunstancias más increíbles te sucedan precisamente a ti, mientras estás bajo su cuidado.

“El sabio piensa en la muerte, pero el necio, en ir a divertirse" (Eciesiastés 7:4).

Tomado de : CIENCIA DIVERTIDA Para cada día, Por: Yaqueline Tello Ayala.




                                                     JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                  DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
                                         www.facebook.com/reflexionesparavivir
El darwinismo social, esa corriente ideológica derivada del darwinismo natural, o biológico, nos enseña que en el mundo en que vivimos impera la ley del más apto, la supervivencia del más fuerte. Que cada uno se arregle corno pueda —proclama—, y que triunfe el más competente, el más capaz, el mejor dotado. Los demás, sea por falta de capacidad o de fuerza, deben quedar excluidos de los privilegios sociales, en los márgenes de la sociedad. No deben ser parásitos y beneficiarse de los logros materiales obtenidos por los más competentes.
Es cierto que hay "pobres y pobres". Hay quienes lo son por negligencia, porque prefieren la ley del menor esfuerzo, el vivir a costa de otros. Pero también están los pobres "dignos", aquellos a quienes les han cercenado las posibilidades de trabajo por un capitalismo salvaje, que usa a las personas como objetos y luego las desecha cuando no puede obtener tantas ganancias; o que por razones de salud, de edad, de falta de educación adecuada, son marginados del mercado laboral. Ellos intentan luchar, pero no les alcanza lo poco que pueden ganar para vivir, o ni siquiera les dan la posibilidad de luchar. Pasan a engrosar el número de los desocupados, uno de los mayores dramas de nuestra sociedad.
El cristianismo verdadero es la religión de la compasión, de la misericordia. Son tantas las causas por las que los menos afortunados padecen necesidades que no podemos juzgar a mansalva —como hacen muchos desde la posición cómoda en que se encuentran— las razones de su pobreza, y calificarlos a todos de "vividores". Como cristianos, debemos acercarnos a las personas necesitadas, conocerlas, comprenderlas, compadecernos de ellas y, en la medida de nuestras posibilidades, tenderles una mano amiga, para, en primer lugar, ayudarlas a sobrellevar su situación de desgracia, y en segundo lugar ver qué podemos hacer para sacarlas del estado en que se encuentran, y brindarles medios para su reinserción social y para poder ganarse la vida dignamente.

Tomado de:  © El tesoro escondido Por: Pablo M. Claverie.
No olvidemos  el texto Bíblico para reflexionar hoy: " Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará, y le dará vida; será bienaventurado en la tierra... Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad. 
Salmo 41:1-3. 1


                                                     JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                  DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
                                         www.facebook.com/reflexionesparavivir

Comments Off
Jean-Paul Sartre, filósofo francés, representante del existencialismo ateo, dijo: “Todos los hombres tienen miedo, todos. Quien no tenga miedo no es una persona normal, y eso no tiene nada que ver con el valor”. La palabra “miedo”y su sinónimo “temor” están profundamente enraizadas en el lenguaje habitual: “Morirse de miedo”, “miedo cerval”, “miedo invencible”, “dar miedo”. Estas y otras muchas expresiones muestran una presencia incontrovertible del miedo en lo cotidiano porque el miedo no es extraño a los estados afectivos del hombre, más bien, forma parte de nuestras propias estructuras mentales como una reacción normal, espontánea del ánimo ante cualquier circunstancia que represente un peligro real o imaginario. El miedo es tan universal como el pecado en el mundo en que vivimos.
En la Sagrada Escritura la palabra “miedo” y sus derivados de la misma raíz aparecen 435 veces en el Antiguo Testamento y 142 veces en el Nuevo. Es, por consiguiente, un término que tiene frecuente presencia en la Biblia. En realidad, todos los hombres en la historia bíblica, pasaron episodios de temor o miedo. Por ejemplo, Abraham, después de la campaña contra los reyes de la llanura (Gén. 15:1). Jacob experimentó gran temor cuando iba al encuentro de su hermano Esaú. Moisés, presa del miedo, huyó del palacio del faraón al desierto cuando su crimen fue descubierto (Éxo. 2:14). David, que no temió al gigante Goliat, tembló y se angustió cuando era perseguido por Saúl o cuando huía de su hijo Absalón (Sal. 18:5-7). También Elías fue asaltado por el miedo y el pavor a causa de las amenazas de la reina Jezabel (1 Rey. 19:3). Los discípulos, Pedro, el mismo Jesús, fueron todos víctimas de la angustia en los relatos de la Pasión (Mat. 26:69-74; Heb. 5:17).
¿Y nosotros? ¿Hemos sufrido la sensación de tener miedo? ¿Nos ha embargado alguna vez la inseguridad, la impotencia, el desaliento o el pánico? ¿Qué hemos hecho para remediarlo? ¿Cómo lo hemos vencido? ¿De la misma manera que lo hicieron Abraham, Jacob, David, Elías, Jesús, orando al Señor? A veces, es necesario que pongamos vehemencia, intensidad, incluso pasión, gritos y lágrimas en nuestra oración, pero el Señor responderá y la seguridad del cielo inundará nuestro ánimo y nos devolverá la paz: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo” (Juan 14:27).
Pide al Señor que su paz llene hoy tu corazón.
Tomado de: “Pero hay un Dios en los Cielos”

Por: Carlos Puyol Buil


                                                          JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                    DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR

                                                     www.facebook.com/reflexionesparavivir


Comments Off
Mi hermano William, el primer varón, fue siempre motivo de preocupación y sufrimiento para nuestra madre. Dondequiera nos mudáramos, encontraba nuevos “amigos”, que lo llevaban por malos caminos. No culminó sus estudios secundarios, lo que desanimó aún más los sueños y esperanzas de nuestra madre.
En mi afán por ayudarlo, mi esposo y yo pedimos la dirección divina, y decidimos que lo mejor para mi hermano sería llevarlo a Perú a estudiar en el Colegio Adventista. Esto era difícil de lograr, por nuestros escasos recursos económicos y los trámites legales para poder salir de Ecuador.
Decidida a enfrentar el desafío, acudí a las oficinas de gobierno para comenzar con el papeleo. Para mi consternación, no podía hacer nada sin la firma y las huellas digitales de mi hermano. Las clases comenzarían pronto, lo que me dejaba escaso tiempo para tenerlo todo listo. Regresar a casa a buscarlo sería imposible, por la distancia, y porque mi hermano nunca estaba en casa. No sabía dónde ir a buscarlo, ni quién sabría su paradero. Impotente, inclinó mi rostro para orar. Allí, rodeada por la multitud, pedí al Señor que le concediera a mi hermano la oportunidad de conocer un ambiente diferente de lo acostumbrado, y que si le permitía estudiar en una institución cristiana, hiciera lo necesario para que yo lo encontrara.
Abrí mis ojos, comencé a caminar, y alguien tropezó conmigo. ¡Era mi hermano William! sorprendida, pero feliz, le pregunté:
—¿Qué haces aquí?
—No sé —él contestó – De repente tuve deseos de bajarme del autobús y venir por esta calle.
¡En una ciudad tan grande, solo Dios sabía dónde encontrarlo! Mi hermano finalmente pudo estudiar en una institución cristiana.
Esta experiencia me demostró dos cosas importantes: el amor incansable e incondicional de Dios por nosotros, y cuán presto está a escuchar nuestras oraciones. Dios nunca se da por vencido, y, al igual que con mi hermano, hará cualquier cosa por encontrarte.
Ximena Rivero.
Tomado de: “Jardines del Alma”Por: Diane de Aguirre.
Recordemos siempre esta gran promesa de nuestro Dios. " Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia" . Jeremías 31:3
 
                                                          JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                    DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR

                                                     www.facebook.com/reflexionesparavivir



En cierta ocasión visitaba el hogar de una familia apreciada por mí. Con satisfacción me mostraron el álbum de fotos de la boda de su hijo, que se había casado no hacía mucho. Era un álbum grueso, con fotos bellísimas, dignas de publicar en alguna revista. Sin duda habían sido tomadas por un fotógrafo profesional. Los novios lucían hermosos y elegantes; la sonrisa de sus rostros indicaba la felicidad que sentían. Mientras las miraba, no podía dejar de hacer una comparación mental con las sencillas fotos de mi boda, muchas en blanco y negro, tomadas por un amigo con poca experiencia aunque muy buena voluntad.
Pero esas hermosas fotos no sirvieron de mucho pues al poco tiempo la pareja se divorció: un drama cada vez más común.
Cuando ocurre esto, no falta alguien que diga: “Oh, es que con el carácter que ella tiene…”. O algún otro que opina: “Es que él ponía el trabajo antes que su familia”. O nos enteramos de que hubo una infidelidad.
Estas u otras explicaciones no parecen suficientes para expresar la tragedia y el dolor de un matrimonio quebrantado. La razón que más podemos comprender es la que dio Jesús cuando dijo: “Un enemigo ha hecho esto” (Mat. 13:28). Sin saberlo uno, mientras dormimos, Satanás está trabajando.
Sin embargo, Dios sigue siendo el Creador, Arquitecto y Constructor de la familia. Tener una relación con él y escuchar su voz es vital. Los padres de la raza humana cayeron por hacer caso a la voz de una serpiente en vez de a la voz de Dios.
¿Está enferma tu relación? El Señor puede sanarla. ¿Escasean tus recursos? El Señor es tu proveedor. ¿Te falta dirección? El Señor es tu guía. ¿Estás en aprietos? El Señor es tu socorro. ¿Te sientes estresada o sola? El Señor es tu fortaleza en los tiempos de angustia.
Si deseas preservar tu matrimonio y tu hogar, comienza por entregarle a Dios tu vida, la de tu cónyuge y la de tus hijos. Tú no los podrás cambiar, pero Dios sí puede. No trates de hacerlo sola; ¡el que edifica la casa es Jehová!.
 Nibia Mayer.
Tomado de: “Jardines del Alma”Por: Diane de Aguirre.
 
                                                          JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                    DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR

                                                     www.facebook.com/reflexionesparavivir

Recuerdo que una vez, cuando estaba en la secundaria, alguien me pasó en clase un trozo de papel doblado con un letrero rojo: Top secret. Era obvio que la información era más que secreta e iba dirigida a quien estaba sentada dos sillas más adelante. Deslicé la nota ultrasecreta hacia la persona que estaba frente a mí, con la finalidad de que la entregara a su destinataria. En lugar de eso, abrió la nota y la leyó. Con una sonrisa, volteó y publicó ante todos, en voz alta, lo que leyó: una confesión a su mejor amiga. ¿Cómo se atrevió a leer y publicar algo así? ¡Qué indiscreción! ¡Qué traición! El problema fue grande, por la terrible confesión de quien la había escrito y la indiscreción de quien lo había leído.

Todos tenemos secretos. Los gobiernos tienen secretos de Estado. Las grandes empresas guardan información considerada ultrasecreta. Como las fórmulas de algunos refrescos, por ejemplo, que las conocen dos personas en todo el mundo y guardan el secreto hasta que una muera. Si eso sucede, entonces a otra persona se le comunica el secreto; también deberá guardarlo.

Solamente Jesús puede guardar secretos sin traicionarte. Puedes confiar sin miedo en que lo que le cuentes en secreto así seguirá por la eternidad, si es necesario. De todos modos, él ya conoce todos tus secretos. No trates de esconderle algo; sabe lo que haces a solas, lo que piensas en silencio, lo que te ha sucedido y lo que quieres hacer en el futuro. Si necesitas un confidente, ora en silencio y cuéntale a Jesús. Nunca te defraudará.

Tomado de:  CIENCIA DIVERTIDA Para cada día,  Por: Yaqueline Tello Ayala

No olvidemos  el texto Bíblico para reflexionar hoy:  

“Tú te habrías dado cuenta, pues conoces los más íntimos secretos” (Salmo 44:21).

¿ Tienes algún secreto? Si es así, la mejor recomendación es no decirlo a nadie absolutamente, solo a Dios. Una vez que cuentes tu secreto, puede hacerse público por una indiscreción o traición.


 
                                                          JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                    DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR

                                                     www.facebook.com/reflexionesparavivir

Comments Off
El señor Smith recorrió varios lugares del mundo. Después de mucho tiempo, regresó sin avisar. Sorpresivamente, pidió a sus tres empleados de confinaza que fueran a su oficina. Richard, Janet y Edward se presentaron inmediatamente a rendirle cuentas de su empresa.
Edward entregó los 5,000 dólares que había recibido, más otros 5,000 de un acuerdo de negocios que logró. Janet devolvió los 2,000 dólares que le había encargado, más otros 2,000, fruto de una inversión. Pero Richard, solamente sacó 1,000 dolares de la caja fuerte, aun dentro del mismo sobre en que los recibiera, y los entregó.
El empresario se molestó con Richard por su flojera. Le quitó los 1,000 dólares y se los dio a Edward. A este y a Janet los felicitó por el trabajo que habían hecho y los puso a cargo de sus mejores negocios.
Dios mismo es como el empresario, en la parábola de los talentos. Tú puedes ser cualquiera de los tres empleados. ¿Cuál te gustaría? Dios te ha dado muchas habilidades y dones porque te considera una persona de confianza. No para que los «guardes» o algo así. Más bien, para que los uses y le des honra y gloria.
Si los usas adecuadamente, te los multiplicará. Por ejemplo, si tienes habilidad para manejar una computadora y la usas para Dios, dentro de muy poco desarrollarás algún otro talento similar; en el futuro, podrían reconocerte por tu trabajo en ingeniería en sistemas. Si tienes esa habilidad pero pierdes todo tu tiempo en el chat, la perderás.
Recuerda que el Señor regresará muy pronto y pedirá que le rindas cuentas sobre qué hiciste con los talentos que te confió. Si todavía no sabes qué harás, pide a Dios que te muestre cuál es su plan para ti.
Tomado de:  CIENCIA DIVERTIDA Para cada día,  Por: Yaqueline Tello Ayala

No olvidemos  el texto Bíblico para reflexionar hoy:  «Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo» (Mateo 25:21)


¿Cuáles son los talentos que Dios de ha dado? Seguramente varios. Piensa bien qué harás con ellos.


                                                        JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                    DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR

                                                     www.facebook.com/reflexionesparavivir

Reflexiones populares

Translate/Traductor web

Seguidores

Archives

Vistas de página en total

© REFLEXIONES PARA VIVIR. 2010 | This wordpress temeplate was designed by Vcars | Converted to Blogger Templates and Blogger Themes for Shoe Shopping | Discount Watch